Journey to cloud: Los dos extremos

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Journey to cloud y los dos extremos, están estrechamente relacionados con las diversas metodologías que hoy son utilizadas para trazar un proceso de migración. Extremos opuestos entre los que se puede advertir una serie de variantes que responden y se adaptan mejor a la realidad de cada negocio.

“Migrar a la Nube es un cambio necesario y beneficioso al que no hay que tenerle miedo. Eso sí, hay que hacerlo bien”. Gustavo García, Arquitecto de Soluciones Globales en Equinix

Primer escenario

 Supone una migración muy controlada, caracterizada por una reproducción de los ambientes actuales en la Nube. También diseñar prácticamente un espejo de lo que se tiene en operación, soportando al negocio. Esta opción, suele considerarse costosa, y no la más eficiente, considerando que migrar puede resultar en múltiples oportunidades de mejora. Algunos le llaman rehosting.

Su ejecución por lo general contempla el diseño de un plan de migración por fases o etapas durante el cual se van duplicando y desplazando cargas al ambiente de Nube, para ir validando el funcionamiento y, progresivamente ir “desconectándose” de las plataformas actuales.

La Nube en su concepción original

El tema aquí para reflexionar, es que no se trata solo de otra forma de soportar una operación, menos dependiente, sino de un modelo que abre infinitas oportunidades para validar los actuales esquemas de operación, en un ambiente que favorece la colaboración, la sinergia que generan los ecosistemas y socios de negocios. La eficiencia en el uso de los recursos, la flexibilidad e inmediatez para crecer o adaptarse a las condiciones que imponga un determinado contexto. Ejemplo, El Nuevo Normal.

 Un viaje hacia el OPEX

 En el otro extremo de migraciones a la Nube, se encuentra un modelo que supone realizar una reingeniería de la plataforma operativa, de todos y cada uno de sus componentes, evaluar cuáles de las aplicaciones pueden ser trasladados a modelos de servicio y así lograr eficiencias identificando, incluso, recursos o procesos que bajo un ambiente de Nube dejan de tener sentido.

Esta ruta efectivamente es la más ambiciosa pero la que supone mayores beneficios, si la variable tiempo permite una migración de este tipo. Es una opción que se conecta más con la proyección del negocio y que no necesariamente coincide con la foto actual de cómo opera.

Los modelos de servicio aaS

Cobran cada vez más relevancia y definen claramente una tendencia costo eficiente, ya que suponen, de entrada, dejar en el camino los múltiples gastos asociados a la infraestructura y su manutención que pasan a ser asumidos por quien provee los servicios. De nuevo, se hace visible la figura del Habilitador tecnológico

Entre esta ruta y la citada anteriormente, hay diversas variantes que consideran ambientes en los que permanecen sistemas legacy que por alguna razón estratégica deben permanecer o versiones aaS de las aplicaciones ya utilizadas, ERP´s, mensajería, por ejemplo.

En la práctica, lo que sucede es que es muy común toparse con arquitecturas o ambientes híbridos que combinan lo mejor de todos los mundos, conformando así soluciones que se adaptan a la realidad y necesidades del negocio. 

Por eso la mejor ruta siempre va a depender de un conocimiento profundo tanto de la realidad actual como del plan estratégico que se ha trazado la empresa, para garantizar una arquitectura de Nube que responda a las necesidades de hoy al tiempo que sea capaz de adaptarse a los requerimientos futuros.

Flexibilidad, agilidad y adaptabilidad 

Son parte de las características propias de la Nube. El acompañamiento, ese conocimiento experto que entiende las necesidades de tu negocio, que te entiende y que habla tu mismo idioma, no. Un elemento que sin duda alguna, hoy se convierte en un plus gratamente valorado por aquellos que entienden que no se trata solo de migrar, sino de hacerlo bien.

Mariam Larrazábal G.

mlago@daycohost.com