Los entornos, modelos de negocio e incluso la naturaleza de algunas actividades económicas han ido evolucionando y generando disrupción en los procesos más conservadores.
2019 será un año para los latinoamericanos. El tiempo ideal para definir qué países y empresas estarán por delante en la recuperación de la economía a través de infraestructuras digitales, centros de datos y redes de telecomunicación que aceleren la innovación para alcanzar nuevos retos.
Momento en que será determinante, además, el fortalecimiento del nivel educativo de la población, para que cada ciudadano sea capaz de diseñar un nuevo futuro. El mundo ya está organizado a partir de esta lógica, y economías como la de Singapur, Finlandia y Suecia son muestra de ello. Donde hay digitalización, hay oportunidades de negocio.
América Latina debe abrazar la Transformación Digital
El contexto es favorable para esto. Según un informe del World Bank de 2017, el 43% de la población de la región tiene menos de 25 años y el 80% vive en grandes ciudades. La generación millennials ya nació conectada y puede aprender a vivir sin algunos servicios básicos pero no sin smartphones. Una encuesta realizada en 2018 por el portal Statist indica que 43% de la población latinoamericana tiene al menos un smartphone.
Otra evidencia del deseo de avance en la región es la existencia de varias Smart Cities en ciudades de América Latina como Santiago (Chile), Ciudad de México (México), Bogotá y Medellín (Colombia), Buenos Aires (Argentina), Río de Janeiro (Brasil) y Montevideo (Uruguay).
Todas estas conquistas han sido solidamente basadas en un determinado modelo de servicios digitales: La Nube. En los últimos años, América Latina ha aprendido lo que es Cloud Computing. Hoy las empresas y los países viven la realidad en la que la nube recibe aplicaciones y servicios a los que se puede acceder a través de cualquier tipo de dispositivo en todo momento, desde cualquier lugar.
Un desafío con retos que innovan
Para seguir ampliando la Transformación Digital en LATAM, será necesario sumergirse en el concepto del Edge Computing. Cuyo objetivo, a grandes rasgos, será acortar la distancia geográfica entre donde se recoge o se consume la información y el punto de procesamiento. Planteamiento que deriva en la mejora de lo que podríamos entender como procesamiento de datos, que, a su vez, permitirá a los negocios reorientar sus estrategias para ser más efectivos en la respuesta y oferta a una pieza clave en la era digital. El consumidor.
Sin duda alguna, los próximos años servirán para ver quién entendió el sentido de urgencia de implementar un proceso de transformación digital en su negocio y quién perdió la oportunidad y desapareció ante la llegada de nuevos players que sí lo entendieron.
Fuente: Cronista