Y amaneció un día y todo cambió. Lo que se veía a millones de kilómetros de distancia llegó, en un vuelo internacional, para aderezar aún más la escena local, ya con sus propias complejidades y desafíos.
El impacto en la agenda de los tomadores de decisiones se hizo notar de inmediato. El plan trazado, el orden de prioridades y hasta las propias prioridades han sido alteradas, ante un entorno distinto por todos conocido.
Una sucesión de eventos inesperados que aún se mantiene en curso, tiene en jaque a empresarios y empresas que vienen atravesando una crisis inédita, cuyas consecuencias también están en pleno desarrollo.
1. ¿Seguimos? La primera de las claves
Cualquier respuesta es aceptada. El punto está en que, si la respuesta es un rotundo sí, hay que saber reconocer el escenario, sus amenazas y oportunidades, y determinar la visión estratégica que sustentará las decisiones que deben tomarse para atravesar el mar revuelto.
La velocidad en los tiempos de respuesta, la fijación de un norte que aglutine los esfuerzos de todos en la organización y la claridad de la ruta a seguir, incluyendo decisiones estratégicas y tácticas, inmediatas y de corto plazo, serán determinantes en el éxito de esta parte de la travesía. Altamente contraindicadas, las decisiones aisladas o apresuradas, que pueden comprometer hoy a la organización de mañana.
2. La Transformación digital llegó para quedarse, urge adaptarse
Y es que ante el reconocimiento e inminencia de transformarse para hacer frente a las múltiples amenazas de un entorno que lucía más predecible, pasamos al canal rápido, en fracción de segundos. Y no estábamos preparados.
Planes, rutas y tableros de decisiones quedaron sin efecto porque ante una realidad avasallante, de serias y profundas consecuencias, se requiere otra aproximación al tema.
Cuando la permanencia está en juego, se encienden nuevas alarmas y es menester reorientar los esfuerzos para garantizar un plan de acción acorde a la nueva realidad, que permita preservar, al máximo, las fortalezas, trayectoria y futuro de la empresa.
Más que nunca cobra vigencia la Transformación Digital. La vemos en el acelerado aumento de soluciones digitales. Como nunca y contra todo pronóstico el e-commerce ha acelerado su curva de adopción, así como los sistemas de delivery, las herramientas colaborativas y las aplicaciones basadas en nuevas tecnologías digitales, drones, inteligencia artificial, analítica y big data, entre otras, para facilitar procesos en sectores como salud, alimentos, retail, couriers, en un intento supremo por mantener la operatividad, continuar produciendo, distribuyendo, reactivando, en la medida de lo posible, las economías del mundo.
3. ¿Cómo transformarnos? Base tecnológica, ¡la clave!
El único salvavidas con que cuenta cualquier empresa embarcada en estas profundas aguas, a saber, es su capacidad de conocerse a sí misma, de contar con una radiografía del negocio, de sus clientes de alto valor, de sus ventas, de la salud financiera, de sus capacidades de producción, de su posibilidad de proyectar escenarios de lo que puede vender, lo que puede pagar, lo que puede cobrar, del potencial, disposición y ejecución de su principal activo: el mejor talento.
Y hasta ahora eso solo es posible si se cuenta con sistemas de información y plataformas de soporte confiables, seguras, actualizadas, respaldadas, interconectadas, capaces de garantizar no solo la veracidad de los datos sino la continuidad del negocio.
Esto, que suena obvio y simple, en la práctica no lo es. Es ahora cuando más se están poniendo en evidencia las múltiples brechas en los servicios y plataformas de TI y Telecomunicaciones a consecuencia de decisiones erradas, proyectos diferidos o soluciones parciales, que a su vez son las que hoy pueden llegar a comprometer el mejor de los planes de supervivencia.
Llámelo como lo llame la transformación que, en teoría supone el rediseño y alineación del negocio, su modelo, procesos y cultura para responder a un usuario y economía digital, nos alcanzó sin pasar por go ni cobrar 200. El tiempo expiró por lo que, ante la nueva realidad que apretó el acelerador sin avisar, urge atacar y resolver aspectos de base, para poder actuar y proactuar ante la inevitable llegada del llamado next normal, y solo así, aspirar a innovar, una vez, en la otra orilla.
Es el momento de acortar las brechas tecnológicas que hoy limitan la capacidad de reacción. Es el momento para tomar las decisiones correctas y reconstruir el negocio sobre una base sólida, segura, confiable, flexible y escalable.
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La Nube, como modelo de acceso a los recursos de TI y Telecom, el acompañamiento para definir la ruta que mejor se adapta al negocio, considerar las múltiples ventajas de una gestión administrada 24×7 y la garantía de acceso a cualquier recurso o solución llave en mano, en tiempo real, gracias al acceso expedito a un ecosistema de aliados son las decisiones que deben estar como prioridad en la agenda del C-Level.
Mariam Larrazábal G. | mlago@daycohost.com
Fotografía de Kun Fotografi