La seguridad bancaria podría considerarse como uno de los aspectos más importantes para lograr los objetivos comerciales del negocio.
2020 fue un año que marcó un punto de inflexión en todas las industrias y la financiera no escapó de esa realidad, todo lo contrario, de acuerdo con reconocidas firmas como Accenture, esa situación aceleró la proactividad y adaptabilidad del sector.
Si bien es cierto que la banca es un sector reconocido por su dinamismo e intención de innovar, también lo es que hoy continua en un proceso de reconfiguración en el que aspectos como la seguridad, le invitan a buscar soluciones costo eficientes capaces de amoldarse a la realidad de cada institución.
“88% de representantes de Entidades Bancarias asegura haber aumentado su inversión en ciberseguridad”. Inversión en ciberseguridad a escala mundial en 2021, Accenture.
No obstante, según datos de la misma firma, se identificó que, en ese mismo año, solo el 8% de los Bancos contaba con una estrategia de ciberseguridad que protegiese entre 80% y 100% sus herramientas, procesos y aplicaciones.
Seguridad bancaria y su impacto en los objetivos del negocio
En un contexto en el que lo digital se ha convertido en norma, el sector financiero ha sido testigo de la evolución de un usuario que ha convertido los canales digitales en una alternativa favorable para impulsar la adquisición de productos y servicios.
Sin embargo, esa alternativa, que a su vez ofrece una mejora significativa en la experiencia del cliente, está conectada con un aspecto vital para el negocio, la seguridad. En ese sentido, priorizar todo aquello que resguarde y mantenga, integra la operación de cara al cliente, se convierte en una ventaja competitiva que puede tener impacto en los ingresos y en la reducción de costos.
Satisfacción, eficiencia y seguridad
Responder a las expectativas del cliente a través de interacciones personalizadas, seguras e ininterrumpidas, describe de forma muy general las características de una operación que puede contar con la garantía de mantener su plaza en un mercado como el que hoy conocemos: Competido, que exige agilidad, en el que hay que reducir costos y también crecer.
Con esa idea en mente, resulta evidente la necesidad de contar con los mejores recursos tecnológicos, para asegurar la infraestructura y proteger a los clientes.
Hablamos entonces de soluciones que, por un lado, cumplan con regulaciones bancarias, normativas y, por otro, simplifiquen la complejidad operativa a través una arquitectura de seguridad multicapa, diseñada a la media, que combine tecnología, procesos y conocimiento experto, por ejemplo.
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