Sin duda alguna el cambio que supone transitar una ruta de Transformación Digital pasa por la habilidad de la dirección de la empresa para tomar decisiones oportunas. Y es que estamos frente a un momento en el que el “status quo” está retado porque en esencia dejó de ser lo que era, con todo lo que significa una zona de confort, es decir, control sobre lo que se hace, dominio de la escena, riesgo controlado.
Cambio de nivel
Similar a la experiencia que se vive frente a un videojuego en el que pasar de nivel supone entrar a lo desconocido, lo que está planteado para las organizaciones es el fin de una era conocida para ingresar a una nueva, desconocida, con nuevas reglas y actores. Ciertamente, la penetración de la tecnología y su masificación gracias, entre otros aspectos, a la digitalización de procesos, ha sido el catalizador para la conformación de una nueva escena que además cuenta con un elemento crucial y es el empoderamiento del usuario o cliente final, que además exige respuestas inmediatas a sus inquietudes y necesidades, personalización e inmediatez, y como si fuera poco, desconoce cualquier tipo de barrera, horario o ubicación geográfica.
Ante este panorama, las empresas están retadas a modificar sus esquemas, a desprenderse del pasado, cualquiera sea la historia, para adecuarse a un entorno distinto que exige nuevas competencias y habilidades. Es por eso que, como argumentan los especialistas, lo que está pasando se trata de cambios organizacionales, de reenfoque de los modelos de negocio y no de la incorporación de más tecnología a la empresa. Y la dirección es la llamada a entenderlo así para poder reaccionar y no responder a los retos de la Transformación Digital con una app para clientes. Si ha leído hasta aquí, sincérese y asuma que esto le ha pasado por la mente.
¿Aspirante, Practicante o Reinventor?
Un interesante estudio, desarrollado por IBM durante esta década y aplicado a más de 20 industrias en el mundo, devela cómo, ante la disrupción imperante, se van conformando tres grandes grupos de empresas identificadas como Reinventores, Practicantes y Aspirantes, siendo que, en el primero de los segmentos, se ubican las empresas que tienen varias décadas de experiencia y liderazgo. Por su parte, las Aspirantes se debaten entre cómo afrontar el nuevo normal, tratando de proteger lo que tienen, con una importante brecha en habilidades digitales que les complica las acciones. Las Practicantes ambicionan posicionarse dando rienda suelta a la innovación, más la desalienación entre sus procesos operativos, el modelo de negocios y la estrategia de TI se constituyen en un importante freno.
Por último, el estudio confirma que a las empresas que conforman el segmento de Reinventoras, gracias a la alineación de la tríada conformada por el modelo de negocio, la operación y la madurez de la estructura de TI, acuñada tras varias décadas de operaciones ininterrumpidas, se les facilita trazar y seguir una ruta de Transformación Digital, aplicando además estrategias ganadoras como las alianzas y/o adquisición de nuevos jugadores especializados y con habilidades digitales, para avanzar más rápido, aplicación eficiente de la analítica sobre los datos para determinar comportamientos y ser asertivos con respecto a los usuarios finales y una cultura de innovación que admite el ensayo y no condena el error.
¿Cómo es su organización? ¿En qué segmento cuadra?
¿Interesante? Más, en una próxima entrega.
Mariam Larrazábal G.
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